miércoles, 29 de abril de 2009

SOBRE LAS DÁDIVAS



Existe en cierta gente la creencia de que a las personas pobres hay que alimentarlas. Parece ser que muchos opinan que las dádivas en forma de pequeñas monedas que obsequiosamente entregan a cambio de una limpieza de conciencia, deben ser utilizadas sobre todo con fines nutricionales transformadas en polenta o arroz.


Detrás de la mano que presenta la limosna o de la fundación que ayuda al comedor está muchas veces la conciencia de que esta "pobre gente" no es capaz de hacer buen uso del dinero que recibe, que muchas veces va y se lo gasta en vino...


Hay en la dádiva no solamente una confirmación de la relación poderoso-oprimido, en la que el primero solamente atiende a su capricho voluntarioso para ayudar al necesitado. También generalmente la dádiva comporta otro tipo de relación de dominación, la relación saber-ignorancia. El rico sabe lo que es bueno para el pobre, y por supuesto el pobre no lo sabe, ¿cómo podría?


Pero ¿qué es lo que nos hace humanos, realmente humanos? ¿Estar alimentados? La nutrición es un proceso que necesitan las plantas y los animales tanto como los hombres. Si bien para todos es base indispensable, no es lo que nos hace sentir que la vida vale la pena. Lo que realmente necesitamos los humanos es un ejercicio de nuestra libertad (más o menos libre, más o menos alienada), que en buena parte se da en forma de cultura.


¿Qué quiero decir con esto? En el imaginario del dadivoso está el preconcepto de que el pobre solamente necesita alimentarse, no se le ocurre que es una persona y que como tal puede ser que quiera ser feliz comprándose determinada remera que vio por ahí, o yendo a un recital del grupo de música que le gusta o viendo una película. ¿Por qué es que el dadivoso puede (realizándose o no, esa es otra discusión) decidir qué hacer con sus recursos pero no quiere darle esta libertad al otro?


Quizás si el otro no es un otro con capacidades de libertad, pues entonces forme parte de otra raza, más animal que hombre y entonces necesite solo alimentarse y sobrevivir. Si es así entonces este buen señor que le da una moneda al chico que hace malabares frente a su auto, pueda emborracharse para olvidar sus penas y drogarse para experimentar determinados placeres, pero el pobre no tiene ni siquiera el derecho de perderse a sí mismo de estas maneras como el buen señor.


La dádiva es la confirmación de la condición de esclavitud, en tanto que el que da tiene en sí toda la libertad, de elegir cuándo, cuánto y para qué, mientras que el que recibe parece ser que ni siquiera puede decidir por sí mismo la mejor forma de su para qué vivir.


No son monedas que se pagan con libertad lo que estas gentes necesitan. Lo que necesitan es ser reconocidos como humanos.


7 comentarios:

  1. Es un poco fuerte como lo pensas, ósea yo jamás consideraría a una persona humilde que me pide plata como un animal, y menos no reconocerlo como humano.

    Elegir darle algo para comer antes que una moneda, no significa que no lo reconozcas como humano, puede ser que estés prejuzgando y pensar en que lo va a malgastar pero igualmente lo que le des nunca le va a estar de más.

    Creo que, una ves que la persona te viene a pedir tiene que aceptar lo que vos decidís darle. Se que el hambre no es su única necesidad, si cada persona le va a dar algo para comer, obviamente le va a sobrar comida y tiene el mismo derecho que cualquiera a tener la necesidad de querer otras cosas.

    Estoy de acuerdo con lo que decís sobre la relación poderoso-oprimido y si, puede ser que no tengan la misma libertad de poder decidir que hacer con la plata que consiguen, pero yo, que jamás di comida y siempre di monedas, desde mi punto de vista, creo que no esta mal darle comida y no me parece que por ese acto consideres a la otra persona un animal.

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  2. Comparto bastante la opinión de cata. No creo que alguien humilde sea ni merezca ser tratado como un animal. Creo que uno asiocia la dádiva con alimentos, tal vez porque siempre(en mi caso) veo gente trabajando para poder conseguir esa necesidad básica, y creo que todo el mundo ve que muchas veces hay madres con sus chicos revisando la basura y no para sacar cartón, sino restos de comida.
    Creo que si a uno vienen a pedirle algo, y no nos aclaran que quieren, uno esta en todo su derecho de dar lo que tenga, ya sea diez centavos, cincos pesos, una manzana o un lápiz; uno es el que entrega la dádiva, y asi como está en libertad la persona que viene a pedirla, considero que uno también esta en todo su derecho de darla (lo que quiera o tenga) o no.

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  3. Creo que una persona no puede ejercer la libertad cuando esta siendo dependiente de lo que vos le estás dando. En el momento que una persona mendiga, o pide dinero, se somete a que la otra persona realice lo que desee con sus rescursos poruqe son suyos.

    El dadivoso, al ser su recurso el que está ofreciendo puede decidir de que modo lo está dando porque es lo que él quiere donar. Yo creo que si yo quiero donar algo tengo el derecho de elegir que es lo que quiero donar.

    Por eso el que pide una dádiva simplemente por ese hecho, se somete a acatar la decisión que tome el dadivoso y se encuentra en su libertad de aceptar o no la dádiva.

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  4. Creo que la entrada nos aclara una realidad implícita, todo lo que está por detrás de ese acto de dar. Nos abre un poco los ojos para así analizar que todo tiene algo escondido. No es tan simple como imaginamos, no es tan bueno como creemos. A pesar de que uno sea dadivoso y lo haga con buena intención, aparece todo esto que conlleva que creo que es muy negativo. Estoy de acuerdo con las relaciones de poderoso-oprimido y de saber-ignorancia planteadas, que se reafirman cada vez que se da, y también de la condición de esclavitud frente a la falta de libertades. Pensar la realidad de esta manera es algo que me angustia muchísimo, pero se que es así como esta planteado. Y creo que si queremos que la sociedad crezca la manera no es continuar así, dando y decidiendo por los demás y dejando vigente esta relación de dependencia cotidiana, porque es horrible. La solución no es el asistencialismo. Así no se avanza, la sociedad queda estancada. Es triste pensar en que todo siga de esta manera. Creo que la ayuda que la sociedad puede dar va por otro camino, no regalando sino haciendo (a través del Estado o de las ONG) que cada individuo logre obtener lo que desea por merito propio (en parte, ya que puede haber ayuda de todas maneras, pero debe estar presente el esfuerzo por parte de quien lo necesita), por fruto de su labor, que sienta propio lo que obtiene y esto dará más esperanzas y ganas de salir adelante que la pura dependencia de los dadivosos.

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  5. “La dádiva es la confirmación de la condición de esclavitud, en tanto que el que da tiene en sí toda la libertad, de elegir cuándo, cuánto y para qué, mientras que el que recibe parece ser que ni siquiera puede decidir por sí mismo la mejor forma de su para qué vivir. No son monedas que se pagan con libertad lo que estas gentes necesitan. Lo que necesitan es ser reconocidos como humanos.”
    Estoy de acuerdo con esto que dice diego. Pero ¿Cómo podemos hacer que esto ocurra? ¿No es muy utópico este pensamiento? En mi opinión la dadiva no debería ser dada ya que es como discriminar al pobre. Lo que se debería hacer con los pobres lo tiene que manejar el estado, ya que nosotros como pueblo estaríamos mal acostumbrando al estado con este problema social que tanto nos impacta en la realidad Argentina. Si nosotros quisiéramos ayudar, podríamos ayudar al estado con trabajos los cuales ayuden a aumentar los fondos para los indigentes.

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  6. Antes que nada me gustaría aclarar que la nota no intenta discutir el derecho que tiene alguien que regala algo a otra persona sobre la decisión del regalo, sino el significado social que eso adquiere cuando esa donación va siempre en un mismo sentido (el de la alimentación).
    Me parece que hay varias cosas para pensar como consecuencia del problema planteado:

    1) ¿Puede haber otras formas de dádiva o asistencia que tiendan a humanizar a la persona que recibe o a igualar al que da y al que recibe en lugar de afirmar sus diferencias?

    2) ¿Qué tipo de solución a los problemas de las personas en situación de desamparo podemos dar con acciones individuales? Ángel piensa que el Estado tiene que ocuparse y Rocío habla sobre el rol de las ONGs, todas instancias que superan a la acción individual.

    3) Me pareció muy interesante el punto de vista de Paula sobre la falta de libertad que ya tiene el que pide una dádiva. Eso tampoco es puesto en duda en la nota, más bien se parte de la idea de que el que pide está en un extremo del uso de la libertad y el que da en el otro y que cuando el que da, decide no solamente dar sino cuándo y para qué, esto se acentúa todavía más. Pero esto nos lleva a pensar, como persona necesitada ¿Puede haber otra forma de interpelar al otro en la cual ejerza mejor mi libertad en lugar de ponerme a merced de lo que el otro decida sobre mí?
    Si por ejemplo, le quito lo que tiene a la fuerza, paso yo a decidir y no el otro. Emparejo, aunque no sea más que un momento, la gigantesca diferencia entre el que casi siempre puede elegir y el que casi nunca lo hace. Y lo hago, poniendo mi vida en juego. ¿Podemos imaginar una forma más alta de afirmación de la propia libertad que la de arriesgar nuestra vida?

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  7. Comparto diferentes opiniones. Por un lado considero que es una situación a la cual no podemos obviar, creo que no es algo “malo” en cierto modo, alimentar u ofrecerle cualquier tipo de bien a quien se acerca a pedirnos algo, pero como bien dijo Rochi es algo que no está escrito sino que es implícito, la situación de poderoso-oprimido se da, uno decide y el otro espera, queriendo algo pero sin saber qué se le va a “regalar”. Por otro lado, estoy de acuerdo con Pau con que así como el dadivoso puede decidir qué le ofrece al otro, también el mendigo sabe que se está sometiendo a una situación en donde la otra persona va a decidir qué o qué no le da.
    Creo que ante esta situación donde juegan relaciones de saber-ignorancia, una buena solución es la planteada por Rochi y por tantas organizaciones no gubernamentales y planes impulsados desde el estado también, donde la otra persona debe trabajar para ganarse su dinero, lograr todo con esfuerzo. Yo creo que es la única manera que se pueden solucionar estos problemas, si uno sabe que tiene que esforzarse y trabajar para ganarse el pan, sin duda lo va a hacer. Estoy segura que es mucho más satisfactorio lograr cubrir sus necesidades y darse sus gustos por mérito propio que porque alguien simplemente me lo regaló y sinceramente, uno ni sabe porque.

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