domingo, 30 de septiembre de 2012


Las villas miseria, en crecimiento
El censo 2010 no sólo muestra el aumento de los asentamientos precarios, sino también el de la pobreza y la indigencia

Los datos definitivos del censo 2010 (que abarcan el período 2001-2010) han permitido no sólo determinar que la población de la Argentina creció un 10,7 por ciento desde 2001, sino también aportar información mucho menos auspiciosa, como que la población en las villas porteñas creció más del 50 por ciento.
Es decir que ninguna de las medidas adoptadas desde 2001 -como el plan de urbanización de algunas de ellas, que llevó adelante el gobierno de la ciudad- ha servido para poner fin al avance de los asentamientos precarios, lo cual es un claro síntoma de que, a pesar de la declamada bonanza económica, la pobreza y la indigencia no se reducen, como ya lo vienen demostrando sucesivos estudios encarados por organizaciones privadas.
Actualmente viven en villas o asentamientos en la ciudad 163.587 personas (en 2001 vivían 53.000); la villa que más creció fue la de Rodrigo Bueno, de Costanera Sur, que quintuplicó su población, mientras que la más numerosa es la 21-24, de Barracas, con casi 30.000 ocupantes. Si se piensa que estos datos son los registrados en octubre de 2010, es probable que hayan sufrido incluso un ligero aumento, con todas las consecuencias ambientales, sanitarias y de infraestructura que se pueden extraer de este hecho. Por ejemplo, ayer, este diario informaba que en la villa 31, de Retiro, un relevamiento hecho por estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA reveló que el 92% de sus habitantes tuvo roedores en su casa.
Efectivamente, en contraste con el hecho de que casi una cuarta parte de 1.425.840 viviendas porteñas aparecen como deshabitadas (por distintas razones), la presencia en los barrios necesitados alcanza un grado tal de crecimiento poblacional que algunos especialistas hablan ya de una "conurbanización porteña", porque muchos de esos asentamientos son linderos con los partidos del Gran Buenos Aires.
También es preocupante, de acuerdo con estos datos, el hacinamiento en el que viven sus habitantes: en promedio, hay 4,1 personas por hogar, pero en algunos llega a 7,3 por vivienda. A ello hay que agregar, por supuesto, las dificultades para acceder al agua potable y a la red cloacal pública. Según el relevamiento de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Dgeyc) porteña, las comunas 4 (Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya) y 8 (Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo) son las que tienen los porcentajes más altos de hogares que no disponen de inodoros con descarga a la red cloacal pública.
Podríamos seguir mencionando datos, todos igualmente preocupantes con respecto a esta lacerante realidad que no deja de conmocionarnos. Porque no se trata sólo de anotar cifras, sino de entender que cada una de ellas implica la falta de calidad de vida de muchos ciudadanos argentinos -y también bastantes extranjeros- que merecen recibir otras oportunidades por la dedicación al trabajo, honradez y ganas de tener una vida diferente de la mayoría de ellos. Pero es cierto, también, que con esta realidad convive otra, la de las minorías delictivas, dedicadas sobre todo a lucrar con el narcotráfico y la explotación de los que consumen.
Como hemos insistido al comienzo, el crecimiento poblacional de las villas y asentamientos precarios es un síntoma agudo de pobreza e indigencia, cuyas raíces las autoridades nacionales, provinciales y municipales no han logrado erradicar, ni han enfrentado con soluciones realistas.
También, de la cada vez más pavorosa falta de vivienda y la carencia de programas estatales que incluyan las necesidades habitacionales de los que, por falta de trabajo en sus lugares de origen, no tienen más remedio que desarraigarse y buscar por sí mismos una salida para ellos y sus familias en la gran ciudad.
Esta realidad contrasta una vez más con las distorsionadas cifras que proporciona el Indec, y que han llevado a la Presidenta a anticiparse a anunciar, el miércoles pasado, que la pobreza ha bajado al 8,3 por ciento de la población en el primer semestre del año, y que la indigencia se ubicó en apenas el 2,4%. Una mentira, a todas luces.
(Para indicar de que fuente tomé esta noticia: http://www.lanacion.com.ar/1404560-las-villas-miseria-en-crecimiento)

Las villas surgieron en  la década el treinta del siglo pasado, aunque el fenómeno cobro mayor envergadura a partir de los años cuarenta, en el marco de intensas migraciones internas de la Argentina y fue concomitante a la descomposición de las economías rurales del interior del país. Este proceso urbano esta ligado a la etapa en que la Argentina comenzó la industrialización sustitutiva de importaciones. Sin embargo la tasa de crecimiento de la población urbana fue mayor a la del crecimiento de la población industrial, lo que provoco una masa de marginados del proceso productivo o en su defecto con una inserción inestable. Esto trajo aparejado una acelerada expansión del espacio urbanizado del área metropolitana, junto a la consolidación de formas precarias de hábitat, como las villas.

A continuación quise adjuntar unos cuadros que mostraban varios porcentajes significativos del crecimiento de villas y asentamientos en el Conurbano Bonaerence pero no pude porque se me traba la compu. Ellos son el cuadro numero 1, 7 y 8 son de un PDF: http://www.fadu.uba.ar/mail/difusion_extension/090206_pon.pdf el cual, me gustaría que se metan y los vean, pero tambien lean la información que presenta porque me parece que esta completo, y tiene suficiente como para deducir una conclusión propia y concreta sabiendo un poco más sobre este tema, más complicado de lo que uno piensa.


Bueno, quise hacer una nota sobre este tema porque hace unas semanas en la clase de geografía tuvimos que hacer un pequeño informe sobre el crecimiento de villas y asentamientos, y cuando Diego dijo que estaría bueno indagar más sobre algún tema en particular que nos interesara, pudiendo dar estadísticas, comparaciones, porcentajes, etc. Pensé que éste iba a ser interesante. Me acuerdo que, en una parte de la actividad dada nos daban dos soluciones a este problema se podría decir, dado a que no es fácil controlar su crecimiento y despojarlos del lugar en el que estas personas viven, entre ellas: la urbanización y la erradicación:
  • ·      Erradicación: Plantea que las villas deben ser eliminadas de la trama urbana y sus habitantes, trasladados a otros lugares.
  • ·      Urbanización: consiste en dotar a estos asentamientos de los servicios básicos, como agua, luz y saneamientos, consolidar las viviendas de materiales precarios y abrir y pavimentar las calles en continuidad con la traza de la ciudad, y regularizar la propiedad de la tierra.

Surgieron muchas opiniones y completamente variadas, algunos sostenían la primera, otros la segunda, otros opinaban que habían que “matarlos a todos” (con ironia pero, en parte por dentro, de verdad lo pensaban) pero buen. Desde mi punto de vista, en los últimos diez años, especialmente los dos mas recientes, se hizo evidente no solo a simple vista cuando de ves en cuando pasamos por esas zonas y nos sorprendemos al ver cuan grande esta y cuanto mayor se hizo la construcción de viviendas precarias, en las estadísticas y porcentajes se demuestra el gran cambio que se produjo. Creo, que no es un tema fácil de tratar, por el contrario me parece algo muy delicado y que requiere de tiempo y paciencia a la hora de proponer alguna solución o algún plan para llevarse a cabo. La solución rápida en estos casos no es la correcta, ya que hubieron varios intentos de erradicaciones y dada a la impaciencia e ignorancia, se dejo todo por la mitad, evitando lo que estaba realmente ocurriendo. No estoy a favor de ninguna de esas dos soluciones planteadas, en mi opinión son dos extremos, uno que deriva a la violencia no solo física, sino también psíquica al ser un tipo de discriminación, excluyendo a algunos miembros de la sociedad sin igualdad de derechos; mientras que la otra fomenta la vagancia y la comodidad de los habitantes, el preguntarse ¿Porqué salir a trabajar, si ya tengo acceso a las necesidades básicas?
Estaría bueno que cada uno de ellos sienta que tienen oportunidades para salir de una situación precaria e indeseable como la que viven y que sientan que realmente tienen los mismos derechos que todos los ciudadanos, porque sino así, no se va a llegar a ninguna solución o ningún punto de acuerdo y eso creo que llevaría al resentimiento y violencia, entre lo que serian los de clase baja y los de clase medianamente alta o alta.

2 comentarios:

  1. Antes que nada, felicitaciones por la nota y los datos, el informe de la UNGS es realmente muy serio. Es una lástima que no estén además los datos del Censo 2010, porque el Editorial de La Nación habla de eso y el informe de la UNGS tiene datos solamente hasta el 2006.

    Pero más allá de esto, la nota de La Nación tiene toda la intencionalidad de atacar al Gobierno y establece una relación directa entre aumento de la población de Villas y Asentamientos y aumento de la pobreza. El informde de la UNGS es muy distinto, responsabiliza al Estado (no solo nacional, sino a los Municipios) por la falta de planes de viviendas y urbanización a la vez que explica que las villas y asentamientos tienen relación directa con la forma en la que funciona el mercado de los terrenos y de los alquileres.

    Es importante tener en cuenta fenómenos de inmigración (las villas, como bien se explica, nacen de esta manera, con inmigración interna o de países vecinos), que se acentúan ante la reactivación de la economía y sueldos mínimos bastante más altos que los otros países de la región.

    Efectivamente el problema es muy complejo y necesita, para mejorar, de la implementación de planes de vivienda a gran escala (como los que se están comenzando a implementar ahora por parte del Gobierno Nacional) y urbanización de las villas y asentamientos para que la gente que no tiene otra posibilidad que estar ahí, pueda tener una vida más digna.

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  2. Cami, muy buena nota! Definitivamente el problema que planteas, sobre las villas miserias y asentamientos, es algo que preocupa y genera debates en el país. Los datos que presentas son impactantes. Creo que deben hacer algo con ellas, hay mucha gente que vive ahí por que no le queda otra y que es trabajadora, pero hay otras que no. Pienso que se debe trabajar y evaluar que hacer con ellas pero que deben desaparecer en algún momento. Es algo muy a futuro pero que deben empezar a trabajar lo antes posible. Ya que no solo son lugares peligrosos e inseguros, donde se mueve mucha droga, sino que también la gente vive en muy malas condiciones y eso genera enfermedades. Con la problemática de que las calles no están pavimentadas, se dificulta la entrada de policiales y ambulancias. Sumando le que esta gente vive sin desechos cloacales, ni acceso a gas, entre otras cosas. Es un problema a tratar grave y preocupante.

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