miércoles, 22 de julio de 2009

PRISA COTIDIANA


Leí una nota en la revista La Nación que se titula VIVIR A MIL y trata sobre el ritmo en que se vive y las ansias por cumplir los objetivos de inmediato sin apreciar cada momento. Me pareció muy interesante para reflexionarla, ya que creo que es otro de los tantos fenómenos que hoy en día caracterizan a la sociedad moderna. La autora es Teresa Batallanez, jefa de Servicios Periodísticos Especiales La Nación.

El fenómeno nombrado con el eufemismo de prisa cotidiana, no se trata de la realidad de todos, pero sí es una "tendencia notable en la clase profesional urbana". Esto se debe a la velocidad con la que se vive en el ámbito de trabajo, la cual se ha trasladado a nuestra vida cotidiana. Básicamente, se trata de una carrera por superarse día a día y cumplir con los objetivos: la casa con jardín, el auto último modelo y viajar por el mundo, sin disfrutar de las escalas y desafíos que cada una implica. Pero esto no quiere decir que habiendo cumplido los objetivos uno ya esté conforme, por el contrario, el vivir a mil, provoca la sensación de que nada llena, siempre falta algo para salir corriendo e ir a buscarlo sin saber si quiera que es o si es en verdad lo que se busca.
"El camino hay que pasarlo rápido y con anestesia... y cuando se alcanza la meta ni siquiera hay destellos de felicidad". Se alcanza la meta y uno siente frustración de no poder sentirse pleno o de no tener eso que otros sí tienen. No basta con un solo título, debemos tener cuadros colgados en la oficina de masters y posgrados, pero tampoco con eso alcanza. Esas personas son las que luego no disfrutan de lo que lograron con tanta rapidez, siguen el camino de largo, lo más rápido posible, siempre pensando en el futuro. Se egresan, y piensa en los títulos que deben tener o el sueldo adecuado al que deben alcanzar; y pierden la posibilidad de sacarle el jugo a todas las experiencias por las que pasaron y los momentos que vivieron para llegar al objetivo, que luego pasa a ser parte del camino perdido.
Pareciera que la sensación de vivir con tanta prisa evita el "sufrimiento del mundo real". “Se ha perdido la capacidad de recorrer alegremente caminos y de disfrutar en su transito los olores, las vistas, las sorpresas e incluso la satisfacción de remover piedras para liberar el paso”.
Es como si estuvieran dormidos pero a la vez despiertos. Dormidos porque sus ojos están cerrados al disfrutar de la vida y darle el tiempo que se merece a cada momento, cada etapa; pero a la vez despiertos al futuro y a vivir con rapidez, exhaustos. Creo que una de las cosas mas sanas en la vida, es vivirla.

11 comentarios:

  1. Me siento muy identificada con lo que planteas. Siempre vivo pensando en el futuro y planificando cosas y muchas veces dejo de lado el presente. Igual, más allá de eso, las cosas del presente que disfruto las vivo con intensidad, son las que no me gustan las cuales quiero "saltear" o me gustaría que pasen más rápido.
    La verdad es que me gustaría podes disfrutar y aprovechar cada segundo de mi vida porque la vida es corta y cada momento tiene su autenticidad.

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  2. Tal cual, me pasa lo mismo que a Pau. Vivo diciendo "bueno, faltan tantos minutos para irme" en vez de planatearme que puedo disfrutar esos últimos minutos en vez de querer que pasen ràpido. Y creo que no somos las ùnicas. Todo el mundo està asì, queriendo que el tiempo pase ràpido para poder pasar a lo otro que nos divierte, pero despuès queremos que eso pase ràpido tambièn, para poder pasar a otra cosa. Lo del medio es aburrido, y si no estuviera, mejor. Y eso me resulta pèsimo, porque no disfrutamos, no aprendemos, lo único que queremos es lo que nos divierte y lo que sabemos que vamos a disfrutar. Y luego, queremos que eso pase ràpido tambièn.

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  3. Este tema me hace acordar a la película "Click". Me encuentro de acuerdo con lo que dicen las chicas, las personas tendemos a no disfurtar lo que vivimos. Sin embargo, no me parece que esta sea una característica de la sociedad moderna en particular, creo que esto viene de la mano como característica del hombre, como un rasgo de la personalidad que viene implementado en todos nosotros desde que nacemos.

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  4. Es verdad que la sociedad de hoy en día demanda mucho, que la vida del trabajador es muy intensa y que para el hombre nada es suficiente. Esta nota me hace acordar mucho a la misa de algunos domingos atrás, donde se trataba justo este tema. El hombre vive muy acelerado, siempre demandándose más y más cuando realmente no existe el tiempo físico para cumplir con todos sus deseos, sino que uno mismo tiene que elegir y ordenar sus objetivos más importantes para que de algún modo, poco a poco, lograr alcanzarlos, dedicándoles, en lo posible, el tiempo que les sea necesario para no solo cumplirlos sino que también disfrutarlos lo cual es muy importante ya que sino la vida transcurre y al final no habría momentos, por decirlo de alguna manera, “vividos” sino que siempre uno estuvo pensando en lo que iba a venir, siendo así, metafóricamente, “una vida vivida a un paso adelantado”.

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  5. Seria genial poder vivir cada minuto como si fuera el último, pero me es imposible. Disfrutar a pleno de lo que cada uno hace y eligió hacer sería lo ideal y es, además, lo que te da satisfacción después. Por ejemplo en el caso de una carrera, esta bueno disfrutar los años de estudio ya que una vez que te recibís el haberlo disfrutado te da la mayor satisfacción posible. Aunque también exista una gran satisfacción cuando se termina algo que estabas ansiando por que termine.

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  6. Esta prisa tiene que ver sobre todo con la vida de la "gran ciudad", si vamos a lugares menos poblados, con tiempos más asociados a la naturaleza (producciones agropecuarias), rápidamente vamos a ver una diferencia en la manera de vivir el tiempo.

    Vamos a ver en el texto de Bauman algo de esto, con el concepto de "tiempo puntillista" y también en la cultura del desechar para pasar a lo siguiente rápidamente.

    De todas maneras hay toda una contracultura "slow" que invita a vivir una vida más relajada (o más intensa) en términos temporales, inclusive hay restaurantes de "slow food" para contrarrestar a los famosos "fast food".

    Por último, cuando se hablan de estas cosas siempre me acuerdo de lo que me dijo -en su inglés muy básico- un habitante de Siwa, un pequeño oasis en el Sahara egipcio. "In Siwa, everything slowly, every time you happy."

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  7. Cero identificada. Tal vez me pasa cuando llego tarde a algún lugar, pero si estás tarde da igual que sean 10 minutos o 20, el otro te va a tener que esperar igual; ademas hoy con todo esto de los mensajitos avisas y punto. Personalmente yo no sufro mucho esto del estar apurado y mirara siempre para el futuro y lo que vendrá, soy mas de tomarme la vida tranquila y vivir lo que me toca hoy, poruqe mañana nadie sabe lo que puede llegar a pasar. Mas alla de todo, no niego que esto de la ciudad y el caos que se vive en ella me afecte, pero lo trato de pasar lo mas relajado y tranquilo posible, y pór ahora me va bastante bien.

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  8. Particularmente, me encantó el tema de la entrada. Creo que no soy la única que se sintió identificada, somos muchos los que viven a mil y no pueden apreciar algo tan sencillo como un olor o un gusto pero a la vez tan único. Y coincido con Diego en el punto en que esta situación se da particularmente en las ciudades grandes donde parece que vivir a mil está bien. Siempre estamos viendo cuánto falta para que llegue tal hora, tal minuto, sin darnos cuenta que ese segundo es tan valioso como el que vendrá luego.
    Es una forma de vida, y creo que se puede lograr vivir de una forma más tranquila estando más despiertos a las cosas simples de la vida, al presente. Sin embargo es más fácil, como dijo Diego, vivirla en lugares despoblados, donde hay silencio y las horas casi no existen.

    Otro punto que me gustó mucho fue la idea de “dormidos” porque no podemos apreciar lo que estamos viviendo, pero a la vez “despiertos” a un futuro incierto. Creo que de alguna manera podemos estar más despiertos a lo cotidiano y seguro que eso nos va a traer más vida.

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  9. Esto es algo que se ve cotidianamente en la actitud de las personas, y coincido en que en las grandes urbes básicamente, debido a la demanda social y a la cultura consumista. No vivir el presente, el querer estar constantemente en lo que viene desemboca en un final, y al fin y al cabo, llevado muy al extremo es como ansiar la muerte..

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  10. Esta entrada me recuerda a la pelicula click en la que el personaje adelante los momentos mas duros de su vida y se concentra en lograr el éxito laboral, al final de la pelicula este no recuerda los mejores momentos de su vida, o los mas importantes, perdio a su esposa y no fue capaz de despedir a su padre cuando murió. De la misma manera en tu entrada se ve como las personas se concentran en lograr un exito superficial, material, pero no son capacez de disfrutar los momentos el esfuerzo para lograrlos y obtener esa satisfacción del logro propio ya que enseguida estan concentrados en otra meta

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  11. Me encantó el tema ya que hablamos de esto muchas veces entre todos, y la verdad es que sí, existen muchas personas que no viven el día a día, sino que estan en busca de una meta siempre.
    Yo sigo mucho el lema de vivir el presente y trato de hacerlo lo más posible aunque muchas veces éste me trae consecuencias o simplemente no respete el vivir el presente.
    Es muy interesante como dijiste que aquel que busca siempre una meta y vive en lo que va a pasar en el futuro nunca se llena de todo lo que alcanza.
    Comparto con lo que dice la nota, que esta forma de vida es muy caracterísitca de la sociedad moderna.

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