jueves, 17 de mayo de 2012

RESPONSABILIDADES


En nuestra sociedad el trabajo es casi siempre una relación social.
Uno trabaja con otros: en una empresa, en un colegio.
Para otros: uno es "empleado", "usado", que no casualmente es su sinónimo.
Otros trabajan para uno: uno es "empleador", "usador".
El producto del trabajo es para otros.
Lo que compramos está hecho por otros.

Es muy raro que el trabajo sea solamente lo que hago yo para mí. El otro está siempre presente en el trabajo y cuando el otro está entramos en el horizonte de la ética:

¿CÓMO ME COMPORTO? ¿QUÉ RESPONSABILIDADES TENGO?

Me gustaría hablar entonces sobre nuestro comportamiento y responsabilidades ante algunas situaciones.

Conocemos algunas de las condiciones en las que trabaja mucha gente:

- EN NEGRO
- EXCESIVAS HORAS
- CON SUELDOS MUY BAJOS
- SUFRIENDO MALOS TRATOS
- REALIZANDO TRABAJOS PELIGROSOS

Todas estas condiciones tienen como contracara que otra persona obtenga un beneficio: más dinero.

No es un problema "del gobierno" y "los empresarios", es decir, algo lejano a nosotros, que solo podemos mirar desde lejos y lamentarnos "¡qué barbaridad!".

Aunque nos pueda parecer lejano y fuera de nuestro ámbito, todos nosotros directa o indirectamente contribuimos a apoyar y mantener estas condiciones de trabajo de millones de personas. Veamos de qué maneras.


1) COMO EMPLEADORES: intentando obtener los máximos beneficios a cualquier costo, no sólo en una empresa, sino por ejemplo cuando contratamos a alguien para que limpie y cocine en nuestra casa.

¿Estamos dispuestos a pagar un salario más alto aunque eso signifique resignar el poder comprar el último modelo de celular? ¿Nos vamos a aprovechar de la situación de una persona que no tiene otro remedio que aceptar el trabajo de limpiar el baño de una casa ajena, para pagarle lo menos posible?

2) COMO CONSUMIDORES: Dedicamos gran cantidad de tiempo y de trabajo en averiguar qué ropa está de moda, cuál es el mejor destino para ir de vacaciones y con qué vino combina mejor tal comida.
¿Por qué no averiguar bajo qué condiciones se fabrica la ropa que compramos, cómo afecta el turismo a las economías originarias de los lugares donde vacacionamos, cómo viven los que cosechan las uvas con las que se hac el vino que tomamos?
De las cosas que compramos ¿Por qué no exigimos que estén fabricadas por trabajadores bien pagos, en condiciones adecuadas?
¿Por qué estamos dispuestos a pagar más por el mismo producto de una marca que por el producto de otra basándonos solamente en el prestigio del mismo y no en cómo una u otra empresa trata a sus trabajadores?

¿Por qué no compramos tapados de piel si involucra la muerte de un animal, pero sí compramos ropa donde está en juego la vida de las personas?
Algunas de las conocidas marcas de ropa que están denunciadas en la justicia por contratar talleres con trabajadores en situación de semi-esclavitud son:

Mimo, Gabucci, Kill, Tucci, Chocolate, Martina Di Trento, Yagmour, Ona Saez, Cueros Crayon-Cueros Chiarini, Claudia Larreta, Portsaid, Awada-Akiabara, Normandie-Nmd, Muaa, Puma, Topper, Adidas, Duffour.

3) COMO CIUDADANOS: cuando no ejercemos presión política ninguna para que no se repriman las protestas legítimas de los trabajadores. Cuando no nos interesa informarnos sobre lo que está pasando, ni elevar nuestra voz para que no suceda.

Un ejemplo de nuestra desinformación es la situación de los ajeros de Mendoza, que relató hace poco Osvaldo Bayer en los siguientes términos.

"Son los más ignorados de estas tierras, e informé cómo se rebelaron porque la gigantesca empresa rural Campo Grande, de Adrián Sánchez, no depositó los descuentos jubilatorios durante doce años. Esas mujeres y hombres de manos como raigambres y ajadas hasta el extremo decidieron la protesta, formaron una columna frente a la enorme propiedad rural. Allí fueron desalojados por orden de la fiscal de turno Liliana Giner, en algo habitual en la historia mundial de los desposeídos: no se detuvo a los patrones estafadores del bolsillo humilde sino que se apaleó a los eternamente estafados. Los palos uniformados de la Justicia argentina fueron dados con todo gusto. Hubo rostros ensangrentados de obreras embarazadas y cabezas y espaldas apaleadas como bolsas. Esto fue en noviembre pasado. Ahora se informó que acaba de morir uno de los que levantaron la voz de protesta. El delegado Juan Carlos Erazo, en el hospital donde estaba internado por los golpes recibidos hace más de cuatro meses, perdió la batalla para siempre. Juan Carlos Erazo. Por algo será. Por protestar; el arma eterna de los proletarios. Sí, era pobre, y eso hay que tenerlo en cuenta cuando se sale a la calle. Pobre que protesta, pobre que la paga caro. La empresa no reincorporó a los delegados despedidos. No cumple la orden de blanquear la empresa con toda la peonada en negro."
¿Qué responsabilidad nos cabe en esto? Como mínimo informarnos. Si estas cosas pasan y se permiten y siguen pasando, es porque nadie dice nada. A los trabajadores pobres se les pega porque a nadie le importa. Y eso es lo que duele.

4 comentarios:

  1. Diego, estoy totalmente de acuerdo con vos. Duele verlo, si, pero por lo general la sociedad está muy acostumbrada a ser egosísta y duele más cambiarlo. "¿Para que darle más de mi capital a otro? Sin el no podré comprarme el nuevo ipod, el nuevo auto, celular, computadora, ropa, etc"
    La era post-moderna, con sus innovaciones tecnológicas que influyeron en la comunicación, trajo mucho individualismo en la gente. Uno piensa en el beneficio propio antes que el del otro.
    Durante otras eras anteriores, el ser parte de algo concreto, determinado o estructurado estimuló y definió a la sociedad. Los pensamientos, las costumbres, la cultura, la vestimenta, formaban parte de un orden sólido o rígido que era definido por la misma sociedad.
    En la post-mod la sociedad aprendió a alejarse de sus afectos, o dejó de confiar en la gente, para empezar a aislarse y confiar solo en uno mismo y trabajar para beneficiarse a uno mismo. El individuo se siente muy competente con los demás.
    Entonces, asi es como los hombres de esta era, aislados y muy individuales, se relacionan con los demás, buscando SU propio beneficio.

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  2. Estoy de acuerdo con vos Diego, la sociedad hoy en día por lo general es egoísta,todos quieren lo mejor para si mismo y nuca miran a los demás, de alguna forma es discriminarlos o tratarlos mal, por que son inferiores, solamente por no tener el mismo capital de dinero o el mismo poder. Todo se basa en el beneficio de si mismo sin mirar ni importar todo el sufrimiento que tiene "escondido" ese beneficio personal.
    No me gusta generalizar ya que hay mucha gente buena la cual hace la cosas bien y tienen a sus empleados en blanco,con buenos salarios y con un buen trato,aunque no son muchos caso, si los hay.
    Creo que tenemos cierta responsabilidad y que cada uno de nosotros deberíamos pensar mas en los demás y menos en nosotros mismos y dejar de ser tan egoístas.

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  3. Diego, concuerdo con vos, yo creo que estamos en una sociedad egoísta donde todos tratan de encontrar un beneficio personal. Esta nota me recordó a una película que vimos el año pasado en el colegio, esta se llamaba "Diamantes de sangre" es una película muy interesante ya que el objetivo de ella es abrirnos los ojos hacia la realidad ya que trata de un hombre africano que fue separado de su familia para trabajar como esclavo en la búsqueda de diamantes, un día descubre una gran gema que podría cambiarle a vida en cuanto a su economía, entonces decide esconderlo aunque con el riesgo de que si lo descubrían podría morir. Otro hombre que se había ganado la vida intercambiando diamantes por armas descubre que el otro tenia ese diamante y entonces hacen un trato con él y este se trataba de que si le daba el diamante, él lo ayudaría a encontrar a su hijo. En fín la idea de esta historia es ver todo lo que hay detrás de un recurso tan valioso para muchos, nos muestra de lo que es capaz de hacer el hombre con tal de ganar dinero, ya sea maltratar y hasta incluso matar.

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    1. Claro, la película "Diamantes de sangre" tiene mucho que ver con este tema, la vi, buena relación.

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